TERMINAN LOS EDOC EN QUITO
CONTINÚA LA FIESTA DEL CINE DOCUMENTAL EN
GUAYAQUIL, IBARRA, CUENCA, OTAVALO, PORTOVIEJO Y STO DOMINGO.
Terminó la décima edición de los EDOC en Quito luego de diez días dedicados al cine documental. Contamos con la exhibición de 96 películas, 17 presentaciones de películas ecuatorianas y la presencia de 9 directores extranjeros.
Después de cada función el público de los EDOC, como ya es costumbre, votó por su película favorita.
Este año LA FAVORITA DEL PÚBLICO es la película ecuatoriana Con mi corazón en Yambo, de María Fernanda Restrepo.
A continuación los resultados tabulados sobre un puntaje de 5.
1. Con Mi Corazón en Yambo (Ecuador) 4,813
2. Waste Land (Reino Unido- Brasil) 4,751
3. Autumn Gold (Alemania) 4,700
4. La mujer con los 5 elefantes (Suiza - Alemania) 4,678
5. Kinshasa Symphony (Alemania) 4,660
6. Un si long voyage (Francia) 4,640
7. Más allá del mall (Ecuador) 4,618
8. ¿Sospechosos? (Ecuador) 4,594
9. Mirada Negra (Ecuador) 4,583
10. Jorgenrique (Ecuador) 4,581
lunes, 23 de mayo de 2011
domingo, 22 de mayo de 2011
DOMINGO 22 – ÚLTIMO DÍA DE LOS EDOC EN QUITO
DOMINGO 22 – ÚLTIMO DÍA DE LOS EDOC EN QUITO
Este domingo 22 se presentan las últimas funciones de los EDOC en Quito: en Ochoymedio, Incine, Sala Alfredo Pareja de la CCE y la nueva sede Mundo Juvenil.
En Guayaquil en la sala de la CCE Núcleo Guayas continúa el festival hasta el 4 de junio. Y desde el lunes 23 empiezan los EDOC en Ibarra.
16:00 - FLAGS, FEATHERS AND LIES, EN PRESENCIA DEL DIRECTOR
EN INCINE se presenta hoy la película del director ecuatoriano Pablo Palacios. Al margen del carnaval de Nueva Orleans, en los barrios asolados por el Katrina, se celebra el Mardi Gras Indian, antigua tradición afroamericana antecesora del jazz. El cineasta Pablo Palacios hace la conexión entre los “Indios” desapareciendo con el devastador desplazamiento que Katrina dejó a su paso
17:00 – MIRADA NEGRA Y ¿SOSPECHOSOS?
En MUNDO JUVENIL se presentan el corto y el largometraje ecuatoriano, de Andrea Ruffini y David Lasso que cuenta historias sobre los afroecuatorianos y situaciones de racismo y discriminación a las que han sido sometidos.
Y A LAS 19:00 se une a David Lasso, director de ¿Sospechosos?; el director ecuatoriano Pablo Palacios, autor de Flags, feathers and lies para hablar en un foro denominado ¿Yo, racista?
16:45 – TERRA DEU, TERRA COME, EN PRESENCIA DEL DIRECTOR
En OCHOYMEDIO se presenta la película del director Brasileño, Rodrigo Siqueira, quien estará presente para dialogar con el público de los EDOC sobre su obra, en la que retrata a Pedro de Alexina, minero de 81 años, hace de maestro de ceremonias en los funerales de João Batista, fallecido a los 120 años.
17:00 – YAKUAYA EN PRESENCIA DEL DIRECTOR
En Incine se presenta la ópera prima de Marcelo Castillo quien plantea una meditación en torno a la naturaleza del agua. Yaku es agua y aya es esencia, sangre y muerte en lengua kichwa. Una gota que se desprende del glaciar en su descenso hacia el mar.
17:00 – NOSTALGIA DE LA LUZ
En Sala Alfredo Pareja CCE la obra cumbre del documentalista chileno Patricio Guzmán es una meditación sobre astronomía y memoria histórica a propósito del desierto de Atacama donde conviven astrónomos, arqueólogos y familiares de detenidos desaparecidos.
Y a las 19:30 Sala Alfredo Pareja CCE: LA MUJER CON LOS 5 ELEFANTES, una de las favoritas de los EDOC 10.
20:15 – PRE-ESTRENO DE CON MI CORAZÓN EN YAMBO
EN OCHOYMEDIO se presenta la película de María Fernanda Restrepo sobre la historia, la desaparición y la búsqueda de sus hermanos Andrés y Santiago.
21:15 – LAS PLAYA DE ÁGNES
En INCINE una de las películas favoritas en los EDOC 10. Al cumplir 80 años la ‘abuela’ de la Nouvelle Vague concibe un autorretrato que es la vez una cobija de retazos de su estilo, de sus filmes, de sus recuerdos y de las playas que marcaron su vida.
¡LOS ESPERAMOS!
Este domingo 22 se presentan las últimas funciones de los EDOC en Quito: en Ochoymedio, Incine, Sala Alfredo Pareja de la CCE y la nueva sede Mundo Juvenil.
En Guayaquil en la sala de la CCE Núcleo Guayas continúa el festival hasta el 4 de junio. Y desde el lunes 23 empiezan los EDOC en Ibarra.
16:00 - FLAGS, FEATHERS AND LIES, EN PRESENCIA DEL DIRECTOR
EN INCINE se presenta hoy la película del director ecuatoriano Pablo Palacios. Al margen del carnaval de Nueva Orleans, en los barrios asolados por el Katrina, se celebra el Mardi Gras Indian, antigua tradición afroamericana antecesora del jazz. El cineasta Pablo Palacios hace la conexión entre los “Indios” desapareciendo con el devastador desplazamiento que Katrina dejó a su paso
17:00 – MIRADA NEGRA Y ¿SOSPECHOSOS?
En MUNDO JUVENIL se presentan el corto y el largometraje ecuatoriano, de Andrea Ruffini y David Lasso que cuenta historias sobre los afroecuatorianos y situaciones de racismo y discriminación a las que han sido sometidos.
Y A LAS 19:00 se une a David Lasso, director de ¿Sospechosos?; el director ecuatoriano Pablo Palacios, autor de Flags, feathers and lies para hablar en un foro denominado ¿Yo, racista?
16:45 – TERRA DEU, TERRA COME, EN PRESENCIA DEL DIRECTOR
17:00 – YAKUAYA EN PRESENCIA DEL DIRECTOR
En Incine se presenta la ópera prima de Marcelo Castillo quien plantea una meditación en torno a la naturaleza del agua. Yaku es agua y aya es esencia, sangre y muerte en lengua kichwa. Una gota que se desprende del glaciar en su descenso hacia el mar.
17:00 – NOSTALGIA DE LA LUZ
En Sala Alfredo Pareja CCE la obra cumbre del documentalista chileno Patricio Guzmán es una meditación sobre astronomía y memoria histórica a propósito del desierto de Atacama donde conviven astrónomos, arqueólogos y familiares de detenidos desaparecidos.
Y a las 19:30 Sala Alfredo Pareja CCE: LA MUJER CON LOS 5 ELEFANTES, una de las favoritas de los EDOC 10.
20:15 – PRE-ESTRENO DE CON MI CORAZÓN EN YAMBO
EN OCHOYMEDIO se presenta la película de María Fernanda Restrepo sobre la historia, la desaparición y la búsqueda de sus hermanos Andrés y Santiago.
21:15 – LAS PLAYA DE ÁGNES
En INCINE una de las películas favoritas en los EDOC 10. Al cumplir 80 años la ‘abuela’ de la Nouvelle Vague concibe un autorretrato que es la vez una cobija de retazos de su estilo, de sus filmes, de sus recuerdos y de las playas que marcaron su vida.
¡LOS ESPERAMOS!
viernes, 20 de mayo de 2011
martes, 17 de mayo de 2011
FE DE ERRATAS EN LA PROGRAMACIÓN
Encontramos varios errores en la programación por película en orden alfabético.
Aquí las variaciones.
Sentimos mucho los inconvenientes.
• HISTORIA DE UN DÍA: En lugar de V20, se exhibe JU 19, a las 16:00 en Incine
• KATKA: En lugar de J10 a las 17:00, es a las 17:30 en Incine
• LA CUERDA FLOJA: En lugar de S21, se exhibe el DO22, a las 15:30 en Ochoymedio
• MÁS ALLÁ DEL MALL: En lugar de J19, se exhibe el VI20, a las 18:00 en Mundo Juvenil
• NÉNETTE: En lugar de S21, se exhibe el DO22, a las 19:30 en Ochoymedio
• PIANOMANIA: En lugar de MI18, se exhibe MA17, a las 15:30 en Incine
Aquí las variaciones.
Sentimos mucho los inconvenientes.
• HISTORIA DE UN DÍA: En lugar de V20, se exhibe JU 19, a las 16:00 en Incine
• KATKA: En lugar de J10 a las 17:00, es a las 17:30 en Incine
• LA CUERDA FLOJA: En lugar de S21, se exhibe el DO22, a las 15:30 en Ochoymedio
• MÁS ALLÁ DEL MALL: En lugar de J19, se exhibe el VI20, a las 18:00 en Mundo Juvenil
• NÉNETTE: En lugar de S21, se exhibe el DO22, a las 19:30 en Ochoymedio
• PIANOMANIA: En lugar de MI18, se exhibe MA17, a las 15:30 en Incine
domingo, 15 de mayo de 2011
Yakuaya, entrevista a Marcelo Castillo
¿Cómo surgió para ti la idea de este documental?
La idea nació a partir de que observé una proyección de diapositivas con música de fondo, me pareció que se podía hacer una película solamente con fotos y música. En conversaciones con Armando Salazar (fotógrafo y docente) fui llegando al tema del agua que nace en un glaciar y en su camino va afectando directa o indirectamente a los humanos. A pesar de que estoy convencido de que en el cine se debe priorizar la historia más que la técnica, en el caso de Yakuaya ha sido un proyecto que tanto la forma como el contenido tenían que ir de la mano.
¿Cómo te definiste por un estilo de narrar observacional y poético?
En un principio me propuse que sería una película en el que el estilo de narración no sea literario ni racional, sino que vaya más a lo sensorial y lo inconsciente. Quería que través de imágenes contemplativas se tenga una experiencia distinta a la de un documental clásico. Me negué a utilizar diálogos o voz en off que sean explicativas, por lo contrario pensé que el uso de un sonido envolvente sería lo mejor para complementar a la fotografía.
¿Cómo fue para ti el proceso de edición, cómo llegaste al concepto que presenta la película?
El proceso de edición fue largo, hicimos varios cortes buscando la mejor manera de contar la historia. En un momento decidimos que era necesario filmar un poco más para complementar lo que estábamos buscando. Conjuntamente con la edición de imagen se fue creando la banda sonora y el diseño de sonido que se aportaban paralelamente con la fotografía. La recta final del montaje fue muy satisfactoria ya que sentí que la película iba teniendo sentido. Era importante que la edición de la película tenga la fluidez necesaria para que la experiencia de observarla se vuelva sensorial.
¿Cuál ha sido la mayor dificultad con la que te has topado para la realización de este proyecto?
Más allá de las dificultades técnicas y el reto que suponía realizar una película no verbal, la mayor dificultad fue la de aprender a hacer una película. Considero que arriesgarse a hacer un largometraje es necesario para aprender a hacer cine. En el proceso se fue aprendiendo sobre todas las aéreas, muchas veces se cometió errores que en el camino se fueron presentando las formas de solucionarlos. El proceso de edición también tuvo sus dificultades, ha sido un trabajo en el que participaron varios manos que fueron dando forma a la película, que al final se obtuvo un resultado con el cual siento que se logró el reto planteado en un inicio.
¿Sospechosos? entrevista a David Lasso
¿Cómo fue que encontraste este tema y empezaste a documentarlo?
Esta idea nace como un pedido de la Corporación de Desarrollo Afroecuatoriano CODAE que necesitaba un documental sobre discriminación racial. Muchas veces los documentales institucionales son un monólogo que satisface las necesidades del emisor. Así que empecé a pensar cómo interpelar al pensamiento blancomestizo y enfrentar a los principales discursos racistas: "negros vagos y delincuentes". Me acordé que una vez vi en los noticieros a un grupo de músicos negros que fueron apresados por confundirles con "choros" y luego el Estado pidió disculpas públicamente.
¿Qué ha significado para ti la experiencia de documentar un tema teñido de dudas, por el proceder más bien sospechoso de la policía?
La palabra "sospechoso" es muy compleja. Está cargada de prejuicios, estereotipos y miedos, que producen violencia. Polarizar los conflictos sociales entre buenos y malos, víctimas y victimarios no es bueno para reflexionar los conflictos sociales. Hay una individualidad y una colectividad que hay que pensarla de manera dinámica. Las personas pertenecemos a grupos sociales y éstos desarrollan patrones culturales de acuerdo al contexto que les determina y al tiempo histórico que están viviendo. Alguna vez alguien me decía que hay que ‘desidealizar’ lo ancestral, que un fanatismo sobre nuestros orígenes es casi tan ciego como una alienación imperialista. Pero a la vez hay un orden social donde la clase, el género, la generación y la raza son dispositivos de control social. ¿A través de quién? En este caso de la policía. Paulo Freire decía que: "hay que liberarse a sí mismo y liberar a los opresores."
¿Cómo lograste acercarte al tema y a tus personajes?
Empecé a leer mucho sobre la historia del pueblo afro y me di cuenta de lo ignorante que era. En la escuela ecuatoriana su historia está completamente ausente y yo era un reflejo de ella. A lo mucho algo se dice sobre el esclavismo y África, pero exactamente ese ha sido el mecanismo utilizado para exotizarlos y dividir el mundo entre civilización y barbarie. Nos educaron con una visión salvaje del continente africano y esto incluía al color negro. Lo más contradictoria es que en ese continente hay una diversidad de pueblos con una diversidad de pigmentos sobre su piel. Me quedo con las palabras del maestro Juan García: "Todos los blanco mestizos son racistas". Nos formaron racistas, hasta ahora me es difícil poder luchar contra ello y creo que eso nos pasa a muchos. Cuando vemos a un indio o a un negro utilizamos diminutivos, como vía de escape para no sentirnos incómodamente racistas.
¿Cuáles han sido las mayores dificultades con las que te has topado en este proyecto?
Creo que mis propios vacíos. Como ir concientizándome sobre su vida y a la vez actualizarla, pensar en su historia y la relación con el monte, el mar y el manglar y a la vez reflexionar sobre las nuevas relaciones fruto de la migración, la ciudad, las tecnologías y un capitalismo cada vez más salvaje contra los pueblos económica y culturalmente oprimidos. Pero me parece que más que dificultades han sido aprendizajes acerca de cómo la ciudad debe aprender mucho del campo. La otra vez alguien hablaba de idealismos hippies, me parece que aprendiendo del campo podemos actualizar nuestras utopías en vez de aplazarlas.
Más allá del Mall entrevista a Miguel Alvear
¿Cómo nació tu aproximación al cine Más allá del mall?
Hace unos años curé una muestra de cine familiar, filmado en celuloide, en pequeños formatos. Eran películas hechas sin ninguna pretensión cultural, artística ni comercial, casi todos registros familiares o filmaciones de acontecimientos públicos. Estas películas revelaban a una clase media en sus momentos íntimos -y en lugares que han sido transformados por el paso del tiempo-. Casi todas las películas habían sido filmadas entre la década del 50 y ochenta. Durante las proyecciones, conocimos a un señor que había filmado unos westerns en El Ángel, en los años sesenta cuando él tenía 15 años. Entonces me propuse llevar a cabo una investigación para determinar si en el país se habían hecho películas de ficción fuera de los circuitos "profesionales" o comerciales, películas que al igual que las caseras, habían quedado al margen de la historia del cine, fuera de los archivos fílmicos y las cinematecas. Y estos hallazgos me han servido además para pensar en lo que se ha querido institucionalizar como 'cine ecuatoriano'.
¿Luego del proyecto Ecuador bajo tierra, cómo fue la creación de Más allá del mall, la idea de unirlo a un personaje que descubre el cine b del Ecuador?
Ecuador Bajo Tierra consistió de una publicación y un festival que mostraba por primera vez en un circuito 'cultural', alrededor de 30 largometrajes producidos entre 1984 y el año 2009. No creo que podamos referirnos a esta producción como Cine B porque eso implicaría que existe un Cine A en Ecuador. Aquí estamos muy lejos de la industria del cine, todos los filmes ecuatorianos manejan esquemas artesanales en su producción: desde el trueque y el 'acolite', hasta salarios paupérrimos y días de 18 horas en los sets, sin ninguna regulación ni seguros para los técnicos. Entonces no creo que podamos referirnos a este 'otro cine', como underground o Cine B. Es otra cosa.
Cuando decidimos hacer una película sobre este tema, tomamos como punto de partida nuestra propia experiencia. Al no lograr colocar en las salas de cine del mall nuestro primer largometraje de ficción (me refiero a Blak Mama que dirigí con Patricio Andrade), me empecé a preguntar si el esquema de producción subsidiada bajo el cual se realizan la mayoría de los filmes latinoamericanos, era la única opción posible.
¿Cómo ha sido para ti la experiencia personal a lo largo de los años de tu proyecto de involucrarte con el cine Bajo tierra?
Bueno, todo el cine ecuatoriano es un cine bajo tierra, en el sentido de que casi ninguna película ecuatoriana ha tenido distribución comercial fuera del país. Pero si tienes en cuenta que las películas de bajo presupuesto se venden como pan caliente en los mercados informales o piratas, mientras que la mayoría de las películas "profesionales" a duras penas llegan a los 100 mil espectadores, puede ser que estos últimos estén más bajo tierra que los primeros, en algunos sentidos.
Labranza Oculta entrevista a Gabriela Calvache
¿Qué ha significado para ti encontrarte con este tema, con esta casa, con estos albañiles, con sus vidas?
La Casa del Alabado, su proceso de restauración, los albañiles que trabajan en ella, han tenido el suficiente peso en mi como para dedicarle cinco años de mi vida al rodaje, producción y postproducción. Claro, no filmé cinco años seguidos, fue más bien un largo proceso de espera, en el que la casa se fue reconstruyendo y pasó incluso de ser vivienda a ser museo. Significa para mí a nivel personal una conexión muy fuerte con la ciudad que he adoptado como madre, y a nivel profesional me ha brindado la oportunidad de hacer un primer largo documental como directora.
¿Cómo siente que fue variando la historia que querías contar, desde la primera vez que la descubriste hasta el final?
Fue un giro de 180 grados. Esa es una de las virtudes y a la vez defectos del documental: nada es lo que piensas a un inicio. Yo rodé el primer año solo tomas de observación, casi antropológicas. La intención era lograr un documental de 70 minutos sin diálogos. Sin embargo, a medida que fui conociendo más a los albañiles que trabajan en la restauración, entendí que era importante permitirles hablar a los obreros, narrar su relación con la casa y con lo que ellos perciben de su propio trabajo. Es así que conseguí los cinco personajes de la película: Segundo Caiza (el guachimán), Luis Cando “La Chiquilla” (el oficial), Felipe Chulli “Cholo Juanito” (el chaupi), Luis Túquerres “el Cuso” (el albañil) y don Julio Ambas (el maestro mayor).
Luego fui descubriendo fragmentos y leyendas de la historia arquitectónica de Quito que pensé que servían para comprender el contexto de la Casa del Alabado: una ciudad colonial construida por cientos de indígenas que no han sido reconocidos por la historia. Así decidí incluir mi vos y la narración de episodios clave que explican el centro histórico de Quito, pero desde una perspectiva no oficial.
¿Cuáles fueron las mayores dificultades con las que te encontraste a lo largo de este proyecto?
He tenido varias dificultades realizando Labranza oculta, como es normal en cualquier oficio. A un inicio lo complicado fue entender qué de todo lo que estaba observando en la construcción valía la pena contar, para entonces grabarlo. Después esa dificultad fue una constante a lo largo de cinco años de grabación y en todos los meses de edición. Con Amaia Merino, mi editora, gastamos meses probando diferentes posibilidades de película. Finalmente, con el corazón hecho tripas tuvimos que borrar personajes enteros, cambiar ideas que nos fascinaban pero que editadas no funcionaban como lo habíamos esperado. Claro también hubo dificultades económicas, pero eso bien o mal se resuelve, en cambio la estructura y conceptualización de la película era un reto mucho más grande que cualquier presupuesto. Labranza oculta terminó de editarse en septiembre de 2009, decidimos acabarla después de 10 versiones, sino, un documental puede editarse el resto de la vida. Sin embargo, llega un momento en el que hay que decidir acabar la película, entregarse al público y ser lo suficientemente valiente como asumir la reacción.
La Churona, entrevista a María Cristina Carrillo
¿Cuál fue tu principal motivación para realizar La Churona?
Llegué a Madrid en 2001 para realizar prácticas en la productora de documentales “Cero en Conducta”, y coincidió con el periodo en que se produjo la mayor salida de ecuatorianos a Estados Unidos, España e Italia. Eran unos años en que podías ver día a día la sorpresa de la sociedad española por la llegada de hombres, mujeres y niños procedentes de un país que les resultaba ajeno. Al mismo tiempo compartías las vivencias y dificultades de nuestros compatriotas en este nuevo entorno, sus expectativas, sus frustraciones.
Estando lejos de mi país, me era imposible no hablar de este tema. Más que una motivación, hacer este documental fue una necesidad, una forma de contar todo lo que te atraviesa cuando estás lejos.
¿Cómo lograste asociar el tema de la migración y la religiosidad en el Ecuador?
La Churona no es un documental religioso o de temática religiosa, trata sobre migración, sobre el vínculo que une a los migrantes con su familia y su comunidad; de los conflictos que se producen en la sociedad de llegada; y de los diversos actores inmersos en el proceso migratorio: los propios migrantes, las asociaciones, la Iglesia, y los políticos.
La migración es un proceso cambiante y ahora nos encontramos en un momento muy distinto de los primeros años en que empezábamos a dar cuenta de este fenómeno. Era importante retratar lo que estaba pasando en España desde otro punto de vista, no quería ver al migrante ni como víctima ni como héroe. Me parecía sumamente importante mostrar los encuentros y desencuentros con los españoles y retratar la complejidad del proceso migratorio.
¿Cómo lograste relacionarte con los emigrantes ecuatorianos para que te dejen acercarte a sus historias?
El hecho de que tanto mis personajes como yo fuésemos “ecuatorianos en España” desde el primer momento facilitó el acercamiento y creó la empatía necesaria para sentir que compartíamos códigos en común.
En ocasiones resultó difícil conseguir sus testimonios. Un personaje tardó seis meses y otro un año en permitir que filmáramos sus entrevistas. Ello me enseñó que una de las claves es la paciencia. Paciencia para comprender que mis tiempos no eran igual a los suyos y que las cosas no suceden siempre de la forma en la que uno planifica.
Es decir que para lograr una relación con los personajes tienes que darte el tiempo que requiere esa relación y estar profundamente inmerso en lo que estás investigando. El trabajo del documentalista es a tiempo completo, no puedes ser un documentalista de 8:00 a 3pm.
Alguna anécdota
Uno de los momentos más complicados en el rodaje en Ecuador fue encontrar a Jonathan, personaje que resulta clave en este documental porque es quien establece la circularidad y la conexión entre la migración y la fe en la Virgen del Cisne.
Faltaban pocos días para que el rodaje en El Cisne y Loja terminase y aún no encontrábamos a alguien con las características que yo buscaba: un fiel que participara en la procesión y que al mismo tiempo estuviese planificando emigrar a España.
Sin saber exactamente cómo resolver este problema, comentábamos esta situación en el taxi que nos transportaba al hotel, cuando el taxista nos comentó que su hermana Alba vivía en Murcia, y que el hijo de ella, -su sobrino- planeaba un próximo viaje a España. Este hecho me fascinó porque nos demostraba de qué manera la migración atraviesa a los ecuatorianos: todos tenemos alguna historia que contar sobre el tema de la migración.
Así fue como conocimos a Jonathan y luego a sus abuelos. Como todo, el documental fue el resultado de una planificación y del azar.
Jorgenrique, entrevista a Pocho Álvarez
¿Qué significó para ti como realizador poder acercarte a la intimidad de Adoum en sus últimos años de vida?
Fueron muchas cosas. Fue el reto de preservar para el Ecuador y América Latina el color, la textura y la profundidad de la palabra de Jorgenrique en su dimensión más amplia. Fue escuchar la voz de un grande como tono y lengua que escribe con el cuerpo corazón y pensamiento, no solo al tiempo que le habita, sino al que vendrá, para que el pasado, ese “pretérito presente” como él mismo un día lo definió a partir de unas fotografías de Ecuador, no se repita, no siga siendo el presente eterno que nos habita.
Fue también adentrarme en el sustantivo y en el verbo de la creación, la poesía, como escritura de voz raíz, como la geografía humana de montañas, valles, bosques y volcanes que se encuentran en el habla para hacer tono y textura, viento que lleva alientos. Fue entrar en la historia del barro, el de la “arcilla cocida y dura” y su tiempo amanecer. Fue caminar fechas mágicas de encuentro con los otros y sus memorias de muchas épocas. Fue asistir a un ritual de confesión de calendarios, “De cerca y de Memoria”, de la hija al padre y del hombre a la amiga, fueron momentos intensos en los que pudimos con Juan Diego Pérez, director de Fotografía, sentir el abrigo del afecto. Fue entender en una conversación de meses el significado profundo del sentimiento cómplice labrado por los años del querer. El “Turquito” de Alejandra, una devoción y crítica a la vez, sostenida por el aliento del amor. Por último fue tratar de romper con la cámara el cerco del olvido al cual están sometidos los grandes de esta geografía.
¿Qué sientes que significa para el Ecuador un personaje de la talla y el talento de Adoum?
Para el Ecuador del tercer milenio, considero yo que Jorgenrique su palabra, su voz encarna desafío. Detrás de sus letras está la esencia que ilumina, la luz que muestra los relieves del alma colectiva, lo quiebres del nosotros pueblo, las raíces del nosotros utopía. Cimas que hay que subir para luego seguir subiendo las otras que se descubren detrás de la primera. Su voz es geografía e historia a la vez. Es “El Amor desenterrado” de Sumpa y su abrazo grampa de huesos, y es París, “Mayo de 19668 (siglo XXI) un “informe personal con las inscripciones de los muros”. Es el Japón de pajaritas colgando del monumento a los niños de Hiroshima, y es lo cotidiano de “Las vidas comunicantes” de cualquier hogar del mundo. Jorgenrique es existencia universal, humanidad de letras, palabras y sonidos yuxtapuestos del equinoccio andino. Es el mestizaje y el andar mestizo que nutre su magia humana con la fantasía mayor de la humanidad, la diversidad.
¿Cómo lograste entrar en su vida y hacer un retrato documental tan cálido?
Como el entró en la mía, visitándonos, llamando a la puerta y entrando en el alma del otro. Dejando que la luz mayor, su palabra, me ilumine. Entendiendo el silencio del oír y asistiendo con la cámara al ritual de la conversación eterna del escritor, padre y amigo con su hija, su mayor lectora, su memoria de afectos largos.
Y si hay alguna anécdota o comentario que quisieras agregar son bienvenidos.
Más que un comentario mío, su voz:
Se acerca esa cerca cuyo quehacer cabal
será hacer que nos cerquemos
no estar cerca sino ser cada uno
capaz de ser cerca del otro
quiero decir tu cercada por mí
cercador que tu cercado cerca
y tú cerca de terciopelo y cierto pelo
cercándome con mis dudas tercas duras
cercamiento acercamiento no sé pero cercano
antemañana o pasadoayer porque ya estamos
entrándonos a cercazos a ser casi el cercado
Acerca de cercas, Jorgenrique Adoum
Grandir, entrevista a Etienne Moine
¿Qué significó para ti involucrarte con los niños a quienes documentas?
En realidad yo estoy comprometido con este trabajo desde el inicio y las visitas permitidas a la casa de los niños son muy pocas y tienen reglas muy definidas para que perturben lo menos posible a los niños. Nosotros nos acoplamos a estas reglas y es por eso que la cámara está siempre ubicada en puntos fijos y que nos movíamos muy poco en el ambiente. Pronto los niños se olvidaban de nosotros. Esto es muy importante y permite también una tranquilidad al espectador que mantiene esta misma distancia aún si a veces ciertos cosas obstaculizan la mirada, puede observar detalladamente sin tener la impresión de perturbar o de entrar a la intimidad de los niños.
¿Cómo lograste entrar en el entorno de la vida familiar y acercarte con confianza a tus personajes?
Con los personajes es más un asunto de relación humana, de llegar con mucho respeto, de dejar tiempo para que la confianza mutua se establezca, de hacer pocas preguntas y sobre todo de pensar siempre en la comodidad del personaje antes que en los detalles técnicos. Todas las entrevistas fueron cortas, son siempre una sola toma y yo preguntaba poco dejando que cada uno se exprese libremente y evitando siempre poner al personaje en una situación delicada. Es así que para la entrevista al jardinero que abre la película estuvimos con el apenas veinte minutos, y al terminar el me dijo que esta historia nunca la había contado a nadie
¿Cuáles fueron las mayores dificultades con las que se encontró tu proyecto?
En realidad más que dificultad se necesito tiempo para madurar la idea, quería hacer la película pero no soy cineasta. Son muchas cosas las hay que resolver. Al niño en el mundo de hoy no lo tomamos casi en cuenta y nos hemos olvidado de lo importante que son los primeros años de la vida . Pero ¿cómo traducir todo eso en la pantalla? En la fundación teníamos una gran oportunidad pero María temía mucho que perturbemos el ambiente y eso fue uno de los retos más grandes, lograr ser lo más discretos posibles porque era muy claro que logramos una autorización provisional pero que se podía suspender a cada momento si se notaba interferencia. Eso fue probablemente lo más difícil y a la vez lo más importante.
AFRO, La voz de los tambores: Entrevista a Álvaro Muriel
¿Cuál fue tu motivación principal para entrar en el mundo Afro y documentarlo?
Tenía este proyecto en mente desde hace varios años. Incluso es un proyecto anterior a Ellas (EDOC7), que se ha venido postergando básicamente por razones presupuestarias. Pero nunca lo descarté. Por el contrario en estos años se fue puliendo la idea, enriqueciendo, alimentando con nuevos aportes.
La principal motivación es que siempre he sido un enamorado de la música y la cultura afro en general y afroecuatoriana en particular. He tenido varias oportunidades de vivir experiencias de diverso tipo, pero todas de una u otra manera vinculadas a Esmeraldas. En el plano personal, quizás la más importante fue el haber tenido un abuelo materno esmeraldeño, nacido según el mismo decía, a orillas del río Teaone, y al que yo veía desde niño manejar con destreza el machete, pelar cocos y bailar marimba en las fiestas. También mi madre de joven pasaba largas temporadas de vacaciones en Esmeraldas y me contaba como en las noches se escuchaban sonar los tambores “de los negros” allá en Barrio Caliente.
Otra experiencia que recuerdo mucho y que de alguna manera “me marcó” fue presenciar el ensayo de un grupo de marimba, “Berejú”, una noche en San Lorenzo, sentir la fuerza de su baile y su cultura, ser testigo de la herencia que dejan en sus niños pequeños. Como dice Papá Roncón: “cuando toca un negro, ah, se siente”.
¿Qué significa para ti hablar del mundo Afro?
Hasta ahora mi experiencia como documentalista más que “hablar sobre...” ha estado enfocada a dejar que otros hablen. Convertirme en cierta medida en un medio solamente para dejar escuchar la voz de los otros. Afro, en este sentido no fue la excepción. Yo he tratado que sean los músicos y los cultores de lo afro quienes hablen. Y para eso me he valido de cuatro de sus representantes más importantes: Papá Roncón, Petita Palma, Rosita Wila y Don Nacho. Son ellos los que conducen el relato, los que nos llevan a sus recuerdos y es a través suyo que nos adentramos en ese mundo mágico, pero al mismo tiempo súper terrenal y cotidiano.
Por supuesto, para conducir ese testimonio de los mayores hay una estructura, un guión muy pensado al que le fui dando las vueltas, buscando siempre la mejor manera de contar su historia de la manera más honesta y auténtica.
Para mi hablar de lo afro es hablar de una parte importantísima de nuestra identidad. Es darle su verdadera dimensión a una cultura que tiene una riqueza enorme, en lo musical, en lo gastronómico, en lo espiritual y lo mágico, en la convivencia con la naturaleza, en el concepto que tienen ya sea de la fiesta o de la religiosidad, incluso de la muerte, que es algo mucho más cotidiano y aceptado que para la cultura mestiza. En la música y la poesía afro están siempre presentes “lo humano” y “lo divino” como dos caras de la misma moneda.
Creo además que en el Ecuador lo afro tiene su especificidad, derivada del hecho de que los negros en nuestro país no tuvieron un origen esclavista. Desde su llegada al territorio de lo que es el Ecuador actual, fueron negros libres, que formaron sus propios palenques y aprendieron a convivir con una sociedad mestiza, que si bien los discriminó, tampoco se atrevió a enfrentarlos.
Pero a pesar de ello, es increíble que lo afro en el Ecuador signifique todavía discriminación y pobreza, marginalidad y desempleo. Y para muchos, siga siendo sinónimo de “delincuencia y vagancia”. Eso es triste.
De alguna manera por eso lo que busco con el documental es sacar a la luz parte de esa riqueza cultural de lo afro y que quienes lo deseen empiecen a identificarse un poco con ese mundo, y lo asuman como propio. Sin esa carga de prejuicios.
¿Cómo fue tu proceso para involucrarte con tus personajes y entrar en sus vidas?
Involucrarse con los personajes del documental fue sencillo. Es gente muy abierta que está dispuesta a compartir su conocimiento y su sabiduría. Que además le gusta sentirse valorada. Petita Palma y Papá Roncón son dos referentes que están en la cima de la cultura afroesmeraldeña y lo saben. Yo creo que a Papá Roncón seguramente le visita alguien al menos una vez por semana para entrevistarlo, así que en su caso además tiene ya mucha experiencia. Pero los casos de Nacho o Rosita quizás son diferentes, ellos son menos “famosos”, pero por eso mismo los siento más auténticos.
Una cosa que me gustó mucho en este trabajo fue la oportunidad de conocer a los viejos. Pero además de contactarme con gente de nueva generación que aunque respetan y valoran el conocimiento y la música ancestral, están buscando nuevos derroteros para darse a conocer. Ellos también tienen la necesidad a flor de piel de contar su propia historia, de mostrarte lo que saben hacer, y se ilusionan con la idea de que lo que estás grabando sirva para contárselo al mundo. Todo eso te abre las puertas de sus casas y de sus corazones.
¿Qué ha sido para ti lo más complejo de tu proyecto?
Con toda seguridad, conseguir el dinero para poder realizarlo. Al igual que lo fue con Ellas, este es un proyecto absolutamente independiente que lo he financiado personalmente, con mis propios recursos. Pero aún en ese camino tuve dos golpes de suerte invalorables: el primero, encontrarme con un material de archivo formidable del fotógrafo François ‘Coco’ Laso sobre los mismos personajes y los mismos escenarios. El segundo, ganar el Premio Augusto San Miguel (2010) con apenas un primer corte. Sin esos dos elementos no sé si el documental habría sido posible. Por un lado, cuando tienes la suerte de contar con mucho material, con muchas horas de grabación, puedes darte el lujo de escoger lo mejor para ponerlo en la pantalla. Y cuando te caen del cielo los recursos para poder pagar a quienes trabajaron contigo, por obvias razones, todos le meten más cariño.
Tenía este proyecto en mente desde hace varios años. Incluso es un proyecto anterior a Ellas (EDOC7), que se ha venido postergando básicamente por razones presupuestarias. Pero nunca lo descarté. Por el contrario en estos años se fue puliendo la idea, enriqueciendo, alimentando con nuevos aportes.
La principal motivación es que siempre he sido un enamorado de la música y la cultura afro en general y afroecuatoriana en particular. He tenido varias oportunidades de vivir experiencias de diverso tipo, pero todas de una u otra manera vinculadas a Esmeraldas. En el plano personal, quizás la más importante fue el haber tenido un abuelo materno esmeraldeño, nacido según el mismo decía, a orillas del río Teaone, y al que yo veía desde niño manejar con destreza el machete, pelar cocos y bailar marimba en las fiestas. También mi madre de joven pasaba largas temporadas de vacaciones en Esmeraldas y me contaba como en las noches se escuchaban sonar los tambores “de los negros” allá en Barrio Caliente.
Otra experiencia que recuerdo mucho y que de alguna manera “me marcó” fue presenciar el ensayo de un grupo de marimba, “Berejú”, una noche en San Lorenzo, sentir la fuerza de su baile y su cultura, ser testigo de la herencia que dejan en sus niños pequeños. Como dice Papá Roncón: “cuando toca un negro, ah, se siente”.
¿Qué significa para ti hablar del mundo Afro?
Hasta ahora mi experiencia como documentalista más que “hablar sobre...” ha estado enfocada a dejar que otros hablen. Convertirme en cierta medida en un medio solamente para dejar escuchar la voz de los otros. Afro, en este sentido no fue la excepción. Yo he tratado que sean los músicos y los cultores de lo afro quienes hablen. Y para eso me he valido de cuatro de sus representantes más importantes: Papá Roncón, Petita Palma, Rosita Wila y Don Nacho. Son ellos los que conducen el relato, los que nos llevan a sus recuerdos y es a través suyo que nos adentramos en ese mundo mágico, pero al mismo tiempo súper terrenal y cotidiano.
Por supuesto, para conducir ese testimonio de los mayores hay una estructura, un guión muy pensado al que le fui dando las vueltas, buscando siempre la mejor manera de contar su historia de la manera más honesta y auténtica.
Para mi hablar de lo afro es hablar de una parte importantísima de nuestra identidad. Es darle su verdadera dimensión a una cultura que tiene una riqueza enorme, en lo musical, en lo gastronómico, en lo espiritual y lo mágico, en la convivencia con la naturaleza, en el concepto que tienen ya sea de la fiesta o de la religiosidad, incluso de la muerte, que es algo mucho más cotidiano y aceptado que para la cultura mestiza. En la música y la poesía afro están siempre presentes “lo humano” y “lo divino” como dos caras de la misma moneda.
Creo además que en el Ecuador lo afro tiene su especificidad, derivada del hecho de que los negros en nuestro país no tuvieron un origen esclavista. Desde su llegada al territorio de lo que es el Ecuador actual, fueron negros libres, que formaron sus propios palenques y aprendieron a convivir con una sociedad mestiza, que si bien los discriminó, tampoco se atrevió a enfrentarlos.
Pero a pesar de ello, es increíble que lo afro en el Ecuador signifique todavía discriminación y pobreza, marginalidad y desempleo. Y para muchos, siga siendo sinónimo de “delincuencia y vagancia”. Eso es triste.
De alguna manera por eso lo que busco con el documental es sacar a la luz parte de esa riqueza cultural de lo afro y que quienes lo deseen empiecen a identificarse un poco con ese mundo, y lo asuman como propio. Sin esa carga de prejuicios.
¿Cómo fue tu proceso para involucrarte con tus personajes y entrar en sus vidas?
Involucrarse con los personajes del documental fue sencillo. Es gente muy abierta que está dispuesta a compartir su conocimiento y su sabiduría. Que además le gusta sentirse valorada. Petita Palma y Papá Roncón son dos referentes que están en la cima de la cultura afroesmeraldeña y lo saben. Yo creo que a Papá Roncón seguramente le visita alguien al menos una vez por semana para entrevistarlo, así que en su caso además tiene ya mucha experiencia. Pero los casos de Nacho o Rosita quizás son diferentes, ellos son menos “famosos”, pero por eso mismo los siento más auténticos.
Una cosa que me gustó mucho en este trabajo fue la oportunidad de conocer a los viejos. Pero además de contactarme con gente de nueva generación que aunque respetan y valoran el conocimiento y la música ancestral, están buscando nuevos derroteros para darse a conocer. Ellos también tienen la necesidad a flor de piel de contar su propia historia, de mostrarte lo que saben hacer, y se ilusionan con la idea de que lo que estás grabando sirva para contárselo al mundo. Todo eso te abre las puertas de sus casas y de sus corazones.
¿Qué ha sido para ti lo más complejo de tu proyecto?
Con toda seguridad, conseguir el dinero para poder realizarlo. Al igual que lo fue con Ellas, este es un proyecto absolutamente independiente que lo he financiado personalmente, con mis propios recursos. Pero aún en ese camino tuve dos golpes de suerte invalorables: el primero, encontrarme con un material de archivo formidable del fotógrafo François ‘Coco’ Laso sobre los mismos personajes y los mismos escenarios. El segundo, ganar el Premio Augusto San Miguel (2010) con apenas un primer corte. Sin esos dos elementos no sé si el documental habría sido posible. Por un lado, cuando tienes la suerte de contar con mucho material, con muchas horas de grabación, puedes darte el lujo de escoger lo mejor para ponerlo en la pantalla. Y cuando te caen del cielo los recursos para poder pagar a quienes trabajaron contigo, por obvias razones, todos le meten más cariño.
CINCO CAMINOS A NUESTRO CINE
Por Armando Salazar Larrea
Problemas personales nos presenta a Antonio, Jorge y Geovanny. Película que, tomando como pretexto el tema de la migración, es ante todo una mirada al país en sí, aunque suceda en España. El Ecuador se muestra resumido en tres posibles relaciones con el otro. Tres países: el Ecuador que pierde todo contacto con lo que es y cambia de acento, se cree superior por estar afuera y todo lo que sucede en su tierra no le sirve para nada; es ese Ecuador que llevamos dentro cuando en vez de llamarlo por su nombre le decimos «este país». Es también el Ecuador de buen corazón, emotivo, alegre, trabajador y que se queja poco, el Ecuador encantador y naif al mismo tiempo, que tiene suerte en la vida pero algo finalmente no funciona y le queda una sensación de carencia. A fin de cuentas es también el Ecuador miedoso, de poco empuje, el que extraña y se encierra en sí mismo sin la capacidad de ver más allá, de poder hacerse fuerte para estar en el mundo y no sólo en la esquina del barrio. Tres problemas distintos, tres soluciones distintas, el documental abre el debate de la migración más allá de lo obvio: que esto es un problema social, eso lo sabemos, lo que no sabíamos era lo personal de ese problema. Problemas personales además es un acercarse al individuo abandonando las pretensiones de la totalidad, de hablar de La migración, o de La religión, o de La cultura X o Y, un documental en donde la cámara se queda en donde hay vida, conflicto y emoción profunda. Con esto basta y sobra.
Five Ways to Dario nos dice que Darío Aguirre no existe, por lo menos no en una sola persona, sino en al menos cinco. Mirada desde la primera persona, es la entrada del cine nacional al tema de la identidad individual; la identidad colectiva ya estuvo en Ecuador vs resto del mundo, de Pablo Mogrovejo, y en algunas ficciones. Pero la pregunta inicial del individuo reflexivo «¿quién soy?» no se había tratado aún. Ésa es la fascinación que el viaje de Darío, el joven ecuatoriano que vive en Alemania, hace para encontrarse con un psicólogo, un taxista jubilado, un guardia a quien le gusta dibujar retratos, un soldado al que le encanta el fútbol y un joven deportista que se llaman, todos, igual que él. Pretexto narrativo para ponernos a pensar que somos lo que somos y también lo que podríamos ser. La identidad vista a través de lo cotidiano, de lo más personal y cercano.
Y finalmente Abuelos, el documental más logrado de nuestro cine reciente. Aquí confluye todo: la familia, la memoria, el recuerdo, la ausencia, el terror, la utopía, la poesía visual y el montaje como base para la construcción de la emoción y el sentido. Sin poses ni intenciones superlativas, el tono de la película es lo que sostiene su efectividad. Todo es creíble, entendible, cercano y profundo a la vez. Es un pasar de página para nuestro cine, un cambio de paradigma y un inicio para nuevas rutas. Abuelos nos toca al construir un punto de vista desde un territorio fronterizo, un territorio mental y emocional en donde se sostiene el recuerdo familiar, la ausencia y la presencia de los que amamos y al mismo tiempo el mundo de lo necesario, de lo utópico, de lo que le hace falta al mundo para finalmente poder ser.
El cine documental no se sostiene sólo en el tema, eso finalmente es lo de menos, porque ya mucha agua ha pasado bajo el puente; el documental se sostiene en la mirada, en el haberse fijado en la particularidad, en lo que es novedoso y común a la vez y que nos hace sentir que estamos en territorio conocido pero por primera vez. Si se queda únicamente en lo novedoso, puede aguantar bien desde los terrenos del arte; y si se queda en lo común, lo hace desde lo sociológico o lo antropológico. En ninguno de los dos casos estamos en el territorio del cine documental, el cine de lo objetivo y lo subjetivo a la vez, referente y mirada en un mismo plano. Estas cinco películas llegan al EDOC 10 por sus propios méritos, películas claras y profundas que llevan a cuestas a quienes las hicieron. Documentales de autor antes que nada.
Bonus:
Queda pendiente que nuestro documental circule por el territorio más profundo que este tipo de cine nos ha dado: el del cine directo, esas películas que se asumen como una reacción desde la observación. La distancia que el director necesita es muy precisa: ni muy cerca para estorbar, ni muy lejos para ser sólo imagen. Cine que también necesita de tiempo, recursos y sobre todo de una mirada política (no militante) sobre lo real y lo cotidiano, además de un amor por la vida y sus fuerzas internas. Es el cine de los Maysles, de Pennebaker, o de Wiseman. Cine nacido en los 60 que sigue siendo fuerte y necesario y que en nuestro medio aún no se ha dado, apenas algunas pinceladas en algunas películas. ¿Por qué no se ha dado aún? Les dejo con la inquietud.
*Fotógrafo documental y director de fotografía. Colabora con los EDOC desde las primeras ediciones.
10 años de los EDOC son 10 años de crecimiento no sólo para el cine documental sino para el cine ecuatoriano. El festival —un impulso para la creación— nos ha puesto a pensar en lo documental, en lo amplio que es, y, con cada nueva película que nos ha tocado en lo profundo por la relevancia de su tema, nos ha hecho ver también maneras únicas de contar. Si el cine documental ha crecido tanto en los últimos años, es justamente por la diversidad de miradas que plantea. Si hay un espacio en donde la estética fílmica evoluciona, es éste. Cinco películas ecuatorianas han sido escogidas como las favoritas de las nueve ediciones pasadas de los EDOC, cinco miradas distintas que nos hablan de cinco formas de ser y de ver el mundo y el cine. Cada una de las películas y el diálogo entre ellas representan una especie de resumen de la evolución de la mirada del cine nacional.
En El lugar donde se juntan los polos, Juan Martín Cueva escribe un diario personal a sus hijos en el que les habla sobre el Ecuador desde una mirada política. Si bien lo político es un tema recurrente en el cine ecuatoriano, nunca fue visto de una manera tan propia; la carta que es la película hace que el tono de lo serio y lo necesario del cambio social, de las revueltas o de las luchas por el poder, baje al nivel de lo común, al simple tono de la voz con la que un padre se comunica con sus hijos. Cueva aún lleva en su texto una especie de discurso desde la izquierda militante, pero sin consignas, sino con frases para que los niños puedan leer.
A cielo abierto, derechos minados, de Pocho Álvarez, es una película de barricada que lleva en cada plano la idea de compromiso. Es ese tipo de cine que intenta movilizar, poner a pensar sobre lo injusto y sobre la desigualdad social; al contrario del de Cueva, este documental no se interesa por llevar la narración al territorio de lo íntimo. Álvarez es un cineasta consolidado que siempre ha sido fiel a una idea: el compromiso social, el cine como denuncia de los efectos perversos del poder frente a los de a pie. Su cámara y su montaje son intensos y motivadores. Su mirada es clara, diáfana y en servicio de aquellos momentos en que la vida se desacomoda y el sistema muestra su perversión. Cine del territorio de lo urgente, al cual pedirle cuentas desde la complejidad o desde lo artístico no tiene sentido.
Five Ways to Dario nos dice que Darío Aguirre no existe, por lo menos no en una sola persona, sino en al menos cinco. Mirada desde la primera persona, es la entrada del cine nacional al tema de la identidad individual; la identidad colectiva ya estuvo en Ecuador vs resto del mundo, de Pablo Mogrovejo, y en algunas ficciones. Pero la pregunta inicial del individuo reflexivo «¿quién soy?» no se había tratado aún. Ésa es la fascinación que el viaje de Darío, el joven ecuatoriano que vive en Alemania, hace para encontrarse con un psicólogo, un taxista jubilado, un guardia a quien le gusta dibujar retratos, un soldado al que le encanta el fútbol y un joven deportista que se llaman, todos, igual que él. Pretexto narrativo para ponernos a pensar que somos lo que somos y también lo que podríamos ser. La identidad vista a través de lo cotidiano, de lo más personal y cercano.
Y finalmente Abuelos, el documental más logrado de nuestro cine reciente. Aquí confluye todo: la familia, la memoria, el recuerdo, la ausencia, el terror, la utopía, la poesía visual y el montaje como base para la construcción de la emoción y el sentido. Sin poses ni intenciones superlativas, el tono de la película es lo que sostiene su efectividad. Todo es creíble, entendible, cercano y profundo a la vez. Es un pasar de página para nuestro cine, un cambio de paradigma y un inicio para nuevas rutas. Abuelos nos toca al construir un punto de vista desde un territorio fronterizo, un territorio mental y emocional en donde se sostiene el recuerdo familiar, la ausencia y la presencia de los que amamos y al mismo tiempo el mundo de lo necesario, de lo utópico, de lo que le hace falta al mundo para finalmente poder ser.
El cine documental no se sostiene sólo en el tema, eso finalmente es lo de menos, porque ya mucha agua ha pasado bajo el puente; el documental se sostiene en la mirada, en el haberse fijado en la particularidad, en lo que es novedoso y común a la vez y que nos hace sentir que estamos en territorio conocido pero por primera vez. Si se queda únicamente en lo novedoso, puede aguantar bien desde los terrenos del arte; y si se queda en lo común, lo hace desde lo sociológico o lo antropológico. En ninguno de los dos casos estamos en el territorio del cine documental, el cine de lo objetivo y lo subjetivo a la vez, referente y mirada en un mismo plano. Estas cinco películas llegan al EDOC 10 por sus propios méritos, películas claras y profundas que llevan a cuestas a quienes las hicieron. Documentales de autor antes que nada.
Bonus:
Queda pendiente que nuestro documental circule por el territorio más profundo que este tipo de cine nos ha dado: el del cine directo, esas películas que se asumen como una reacción desde la observación. La distancia que el director necesita es muy precisa: ni muy cerca para estorbar, ni muy lejos para ser sólo imagen. Cine que también necesita de tiempo, recursos y sobre todo de una mirada política (no militante) sobre lo real y lo cotidiano, además de un amor por la vida y sus fuerzas internas. Es el cine de los Maysles, de Pennebaker, o de Wiseman. Cine nacido en los 60 que sigue siendo fuerte y necesario y que en nuestro medio aún no se ha dado, apenas algunas pinceladas en algunas películas. ¿Por qué no se ha dado aún? Les dejo con la inquietud.
*Fotógrafo documental y director de fotografía. Colabora con los EDOC desde las primeras ediciones.
10 AÑOS 9 FAVORITAS
Este año los EDOC cumplen 10 años y para presentar este programa de aniversario convocamos a 35 profesionales del audiovisual, fotógrafos, periodistas, productores, artistas, docentes de Quito, Guayaquil y Cuenca, entre ellos 17 fueron quienes evaluaron las películas presentadas en las pasadas nueve ediciones del festival, unos 630 documentales en total. Compartimos aquí las nueve favoritas de los EDOC y 9 votantes que comparten su pasión por estos documentales.
EDOC 1, Del olvido al no me acuerdo, de Juan Carlos Rulfo (México)
Porque fue uno de los primeros documentales que vi que no parecía documental, porque la mayoría de personajes que aparecen, están más allá que acá, porque todos intentan recordar (y reconstruir) la esquiva figura de un artista, porque nunca se ve al tal Juan del que todos hablan, porque yo también andaba buscando a alguien del que nadie se acordaba.
Del olvido al no me acuerdo es uno de esos extraños casos en que documental y poesía se entrelazan, creando algo completamente distinto, más allá de los géneros. Además, sigue siendo, sin quererlo, la mejor adaptación cinematográfica de “Pedro Páramo” inolvidable obra de Juan Rulfo, padre del director.
Javier Izquierdo, cineasta
EDOC 2, Le Pays des sourds (El país de los sordos), de Nicolas Philibert (Francia)
El país de los sordos es en realidad un mundo entero, un universo de silencios, de lenguas nuevas, de los rostros y las manos más bellas y perfectamente expresivas que jamás he visto. Philibert tiene, no solo esa capacidad inmensa de descubrir nuevos mundos, sino que es un descubridor de tesoros cuando se trata de encontrar a los personajes más admirables, carismáticos, soñados. Niños, jóvenes y adultos sordos que nos conquistan con su modo de amar, de aprender, de hacer amigos, siendo la versión más humana de un ser humano, más pura porque es como si sus palabras provinieran de otra dimensión, una más afectiva, más intensa.
Han pasado ocho ediciones y sigo recordando al pequeño Florent enseñándoles a su madre y a la cámara las palabras que ha aprendido en la escuela, como una pareja de sordos recién casados intentan arrendar un departamento, como el profesor de sordos confiesa que cuando fue padre le decepcionó que su hija pueda oír.
Paulina Simon, periodista
EDOC 3- Edificio Master, de Eduardo Coutinho (Brasil)
Los edificios de departamentos y la red humana. Siempre me interesó, en una mezcla casi indecente de voyerismo e interés por el prójimo, saber sobre mis vecinos: imaginar lo que hacen, predecir cómo han arreglado su mobiliario, suponer de qué hablan. Un microcosmos en cada edificio. “Cada lucecita de cada ventana de cada bloque de departamentos habla de una vida, cuenta una historia” decía el cineasta polaco Krzysztof Kieslowski.
Cuando Eduardo Coutinho hizo Edificio Master, tradujo en imágenes y testimonios las palabras del polaco. Se metió a ver cómo vivían una veintena de moradores de un edificio en Copacabana. Logró que en la diversidad de experiencias contadas por ellos, la mayoría de ellas banales, y entre el aparente caos de la narración, yo pueda encontrar emoción en cada historia y alimentar mis propios anhelos indiscretos.
Rafael Barriga, Programador de OchoyMedio
EDOC4, Georgi y las mariposas, Andrey Paounov (Bulgaria)
Una película en la que se conjugan el humor y lo humano para hablar de lo que nos motiva a seguir trabajando, del funcionamiento de la mente y de la burocracia y sus inoperancias. Con un humor respetuoso y un magistral montaje de continuas confrontaciones, la historia transcurre entre lo que Georgi quiere, lo que piensan los enfermos mentales del hospital psiquiátrico que él dirige y los emprendedores exitosos a los cuáles acude para aprender cómo lograr que sus continuos intentos por mejorar la economía del hospital fructifiquen.
Esta es una película sobre los sueños y como estos sostienen la vida, un cine profundo que nos muestra a uno de los personajes más bellos que el EDOC nos ha dado: Georgi, un siquiatra sensible, contradictorio y soñador rodeado de mariposas, avestruces, gusanos de seda, nutrias, perdices y varios enfermos mentales en un abandonado hospital en la Bulgaria post socialista.
Armando Salazar, fotógrafo documental
EDOC5, Sisters in Law, Kim Longinotto (Camerún- Reino Unido)
Lo primero que me encantó de esta película es el juego de palabras de su título: Normalmente “Sister in Law” significa “cuñada” pero traducido literalmente quiere decir “hermanas en la ley”. Este título refleja muy bien el enfoque de esta película.
Se necesitan dos “hermanas” fuertes pare querer enfrentar la situación. Lo más impresionante para mí no fueron todos los abusos sufridos por estas mujeres y niñas ya que desgraciadamente no son excepción, sino la valentía y la tenacidad de la fiscal y la jueza. En un país como Camerún donde, al igual que en muchos otros países, no se espera a priori que la justicia funcione, se ve que los hombres sí reciben su sanción y que las mujeres abusadas y violadas recuperan su fe en la justicia. A pesar de toda la miseria visible, el documental tiene tantas escenas cómicas que salí de la función con una gran alegría en mi corazón. Fue como asistir a un milagro.
Birte Pedersen, fotógrafa
EDOC6, Alguna Tristeza, Juan Alejandro Ramírez (Perú)
“Quien escribe las reglas las hace para sí mismo, y para usarlas antes y mejor que nadie” (JAR)
“Un país pobre y atrasado es como un niño, como un menor de edad. Quien hasta renuncia a sus derechos y a lo justo…solo por temor al castigo” (JAR)
Es difícil encontrar películas como Alguna Tristeza, cuando uno las encuentra se agarra de ellas como de una balsa: las busca por todo lado, las lleva a su casa, las cuida y las guarda con celo; y las mira, de vez en cuando, como a esos álbumes familiares donde están los recuerdos felices y también los nostálgicos. Alguna tristeza es esa clase de película que se convierte en tu amigo, en amuleto, en guía de consulta.
Juan Alejandro Ramírez hace mucho más que cine: escribe, fotografía y compone una película que tiene el aspecto de una pintura y el discurso político y social de las revoluciones que no tenemos…y que siempre andamos buscando. Pero sobre todo, Alguna Tristeza, es una película hecha con cariño, con rabia y sin condescendencia. Para mí, como espectador, ha sido uno de los mejores regalos de EDOC. Al verla, pienso que más allá de ser una película sobre el Perú, es un ensayo sobre Latinoamérica.
Daniel Avilés E., Director de Fotografía
EDOC 7, Santiago, João Moreira Salles, (Brasil)
La vi en 2008 en los EDOC y sigue siendo una de mis películas favoritas. Además de que su personaje central es maravilloso y el tratamiento audiovisual está cargado de momentos bellos creo que lo que más se me quedó marcado en la memoria es la narración en off que funciona como un hilo conductor que nos mete en su mundo personal. El cine de temáticas personales me interesa y me conmueve particularmente.
En una entrevista, el director habla de este filme diciendo que Santiago es la única película que reconoce como suya, que todas las otras podrían ser de otros directores, pero que esta no podría haber salido de nadie más que de él, yo creo que esto se siente en cada detalle.
En este documental nos adentramos en el mundo de un cineasta que se confronta consigo mismo y con su material filmado trece años atrás, un material inconcluso, abandonado que mantiene la memoria de un tiempo pasado más feliz, habla de la insatisfacción del director al redescubrir este material. Esto además de significar un análisis técnico y creativo se convierte también en un análisis ético cuando el autor se ve confrontado al personaje, que es su antiguo mayordomo, al descubrir que este le genera admiración y cariño. El director atraviesa una crisis que es parte de su inspiración creativa y que al mismo tiempo es su dispositivo fílmico. Para mi esta película es una lección del mejor cine realizado por un ser humano honesto y arriesgado.
Carla Valencia, documentalista
EDOC8, Time Indefinite, Ross McElwee, (EEUU)
“¡Ross, apaga la cámara: esto es no arte, es la vida real!”, exclama Charleen.
Time Indifinite lográ reunir lo mejor de la tradición del cine directo americano (el de los hermanos Maysles de Salesman y Grey Gardens) con la voz personal y auténtica de su director y protagonista Ross McElwee.
La tragedia y el dolor se mezclan con el relato hilarante y desenfadando de McElwee, que no duda en retratar su vida y la de su entorno personal, para colocar al espectador en el vértigo de su propia piel. Este documental contado en primera persona, es un acto de perfecta empatía y unión entre lo visto y lo vivido, entre protagonista y espectador, entre la reflexión y el abismo de lo absurdo. El estreno de Time Indifinite y la visita del propio McElwee están, sin duda, entre los momentos más significativos de los diez años de los EDOC.
Pablo Mogrovejo, documentalista
EDOC9, Boris Ryzhy, Aliona van der Horst (Países Bajos)
“La fealdad es belleza que el alma no puede contener” escuchamos decir a Boris Ryzhy. El filme no intenta apartar la mirada de esa fealdad, más bien ensanchar nuestra conciencia hasta que percibamos y podamos contener su belleza. Para ensancharla nos lleva a descubrir los extremos entre los que navegaba la sensibilidad del poeta: de lo sórdido a lo sublime, de la violencia a la sutileza. Evitando recurrir a estridencias o efectismos, las imágenes van creando un mundo irreal, sin ser rebuscado sino brutalmente cotidiano.
Al mirar este documental, convivimos durante una hora con minúsculos seres en manos del tiempo, que sin embargo se agrandan junto con nuestro espíritu al ser consientes de su historia, de su comunidad; escuchamos a víctimas y sobrevivientes de una guerra invisible que nos alcanza y cuestiona sobre como dejaremos el mundo de nuestros hijos.
Así como Ryzhy desafía con su vida cualquier estereotipo, la documentalista logra conmovernos sin transitar lugares comunes; no huye de aceptar su propia mirada sobre el personaje y la historia, pero tampoco se impone a sí misma como presencia inevitable. Nos da un retrato sentido del poeta sin tener que dibujarlo como un ser extravagante, su grandeza, su belleza, radican justamente en ser para su comunidad, un semejante.
El hijo del poeta, quien confiesa no leer los poemas de su padre ausente, es quien mejor comprende los motivos de su ausencia, y quien nos dice sin palabras como podemos los pequeños seres escapar de las garras del tiempo. Si tan solo supiéramos hacerlo tan elegantemente como los creadores de esta obra que saben estar sobre la cuerda floja.
Diego Falconi, director de fotografía
EDOC 1, Del olvido al no me acuerdo, de Juan Carlos Rulfo (México)
Porque fue uno de los primeros documentales que vi que no parecía documental, porque la mayoría de personajes que aparecen, están más allá que acá, porque todos intentan recordar (y reconstruir) la esquiva figura de un artista, porque nunca se ve al tal Juan del que todos hablan, porque yo también andaba buscando a alguien del que nadie se acordaba.
Del olvido al no me acuerdo es uno de esos extraños casos en que documental y poesía se entrelazan, creando algo completamente distinto, más allá de los géneros. Además, sigue siendo, sin quererlo, la mejor adaptación cinematográfica de “Pedro Páramo” inolvidable obra de Juan Rulfo, padre del director.
Javier Izquierdo, cineasta
EDOC 2, Le Pays des sourds (El país de los sordos), de Nicolas Philibert (Francia)
El país de los sordos es en realidad un mundo entero, un universo de silencios, de lenguas nuevas, de los rostros y las manos más bellas y perfectamente expresivas que jamás he visto. Philibert tiene, no solo esa capacidad inmensa de descubrir nuevos mundos, sino que es un descubridor de tesoros cuando se trata de encontrar a los personajes más admirables, carismáticos, soñados. Niños, jóvenes y adultos sordos que nos conquistan con su modo de amar, de aprender, de hacer amigos, siendo la versión más humana de un ser humano, más pura porque es como si sus palabras provinieran de otra dimensión, una más afectiva, más intensa.
Han pasado ocho ediciones y sigo recordando al pequeño Florent enseñándoles a su madre y a la cámara las palabras que ha aprendido en la escuela, como una pareja de sordos recién casados intentan arrendar un departamento, como el profesor de sordos confiesa que cuando fue padre le decepcionó que su hija pueda oír.
Paulina Simon, periodista
EDOC 3- Edificio Master, de Eduardo Coutinho (Brasil)
Los edificios de departamentos y la red humana. Siempre me interesó, en una mezcla casi indecente de voyerismo e interés por el prójimo, saber sobre mis vecinos: imaginar lo que hacen, predecir cómo han arreglado su mobiliario, suponer de qué hablan. Un microcosmos en cada edificio. “Cada lucecita de cada ventana de cada bloque de departamentos habla de una vida, cuenta una historia” decía el cineasta polaco Krzysztof Kieslowski.
Cuando Eduardo Coutinho hizo Edificio Master, tradujo en imágenes y testimonios las palabras del polaco. Se metió a ver cómo vivían una veintena de moradores de un edificio en Copacabana. Logró que en la diversidad de experiencias contadas por ellos, la mayoría de ellas banales, y entre el aparente caos de la narración, yo pueda encontrar emoción en cada historia y alimentar mis propios anhelos indiscretos.
Rafael Barriga, Programador de OchoyMedio
EDOC4, Georgi y las mariposas, Andrey Paounov (Bulgaria)
Una película en la que se conjugan el humor y lo humano para hablar de lo que nos motiva a seguir trabajando, del funcionamiento de la mente y de la burocracia y sus inoperancias. Con un humor respetuoso y un magistral montaje de continuas confrontaciones, la historia transcurre entre lo que Georgi quiere, lo que piensan los enfermos mentales del hospital psiquiátrico que él dirige y los emprendedores exitosos a los cuáles acude para aprender cómo lograr que sus continuos intentos por mejorar la economía del hospital fructifiquen.
Esta es una película sobre los sueños y como estos sostienen la vida, un cine profundo que nos muestra a uno de los personajes más bellos que el EDOC nos ha dado: Georgi, un siquiatra sensible, contradictorio y soñador rodeado de mariposas, avestruces, gusanos de seda, nutrias, perdices y varios enfermos mentales en un abandonado hospital en la Bulgaria post socialista.
Armando Salazar, fotógrafo documental
EDOC5, Sisters in Law, Kim Longinotto (Camerún- Reino Unido)
Lo primero que me encantó de esta película es el juego de palabras de su título: Normalmente “Sister in Law” significa “cuñada” pero traducido literalmente quiere decir “hermanas en la ley”. Este título refleja muy bien el enfoque de esta película.
Se necesitan dos “hermanas” fuertes pare querer enfrentar la situación. Lo más impresionante para mí no fueron todos los abusos sufridos por estas mujeres y niñas ya que desgraciadamente no son excepción, sino la valentía y la tenacidad de la fiscal y la jueza. En un país como Camerún donde, al igual que en muchos otros países, no se espera a priori que la justicia funcione, se ve que los hombres sí reciben su sanción y que las mujeres abusadas y violadas recuperan su fe en la justicia. A pesar de toda la miseria visible, el documental tiene tantas escenas cómicas que salí de la función con una gran alegría en mi corazón. Fue como asistir a un milagro.
Birte Pedersen, fotógrafa
EDOC6, Alguna Tristeza, Juan Alejandro Ramírez (Perú)
“Quien escribe las reglas las hace para sí mismo, y para usarlas antes y mejor que nadie” (JAR)
“Un país pobre y atrasado es como un niño, como un menor de edad. Quien hasta renuncia a sus derechos y a lo justo…solo por temor al castigo” (JAR)
Es difícil encontrar películas como Alguna Tristeza, cuando uno las encuentra se agarra de ellas como de una balsa: las busca por todo lado, las lleva a su casa, las cuida y las guarda con celo; y las mira, de vez en cuando, como a esos álbumes familiares donde están los recuerdos felices y también los nostálgicos. Alguna tristeza es esa clase de película que se convierte en tu amigo, en amuleto, en guía de consulta.
Juan Alejandro Ramírez hace mucho más que cine: escribe, fotografía y compone una película que tiene el aspecto de una pintura y el discurso político y social de las revoluciones que no tenemos…y que siempre andamos buscando. Pero sobre todo, Alguna Tristeza, es una película hecha con cariño, con rabia y sin condescendencia. Para mí, como espectador, ha sido uno de los mejores regalos de EDOC. Al verla, pienso que más allá de ser una película sobre el Perú, es un ensayo sobre Latinoamérica.
Daniel Avilés E., Director de Fotografía
EDOC 7, Santiago, João Moreira Salles, (Brasil)
La vi en 2008 en los EDOC y sigue siendo una de mis películas favoritas. Además de que su personaje central es maravilloso y el tratamiento audiovisual está cargado de momentos bellos creo que lo que más se me quedó marcado en la memoria es la narración en off que funciona como un hilo conductor que nos mete en su mundo personal. El cine de temáticas personales me interesa y me conmueve particularmente.
En una entrevista, el director habla de este filme diciendo que Santiago es la única película que reconoce como suya, que todas las otras podrían ser de otros directores, pero que esta no podría haber salido de nadie más que de él, yo creo que esto se siente en cada detalle.
En este documental nos adentramos en el mundo de un cineasta que se confronta consigo mismo y con su material filmado trece años atrás, un material inconcluso, abandonado que mantiene la memoria de un tiempo pasado más feliz, habla de la insatisfacción del director al redescubrir este material. Esto además de significar un análisis técnico y creativo se convierte también en un análisis ético cuando el autor se ve confrontado al personaje, que es su antiguo mayordomo, al descubrir que este le genera admiración y cariño. El director atraviesa una crisis que es parte de su inspiración creativa y que al mismo tiempo es su dispositivo fílmico. Para mi esta película es una lección del mejor cine realizado por un ser humano honesto y arriesgado.
Carla Valencia, documentalista
EDOC8, Time Indefinite, Ross McElwee, (EEUU)
“¡Ross, apaga la cámara: esto es no arte, es la vida real!”, exclama Charleen.
Time Indifinite lográ reunir lo mejor de la tradición del cine directo americano (el de los hermanos Maysles de Salesman y Grey Gardens) con la voz personal y auténtica de su director y protagonista Ross McElwee.
La tragedia y el dolor se mezclan con el relato hilarante y desenfadando de McElwee, que no duda en retratar su vida y la de su entorno personal, para colocar al espectador en el vértigo de su propia piel. Este documental contado en primera persona, es un acto de perfecta empatía y unión entre lo visto y lo vivido, entre protagonista y espectador, entre la reflexión y el abismo de lo absurdo. El estreno de Time Indifinite y la visita del propio McElwee están, sin duda, entre los momentos más significativos de los diez años de los EDOC.
Pablo Mogrovejo, documentalista
EDOC9, Boris Ryzhy, Aliona van der Horst (Países Bajos)
“La fealdad es belleza que el alma no puede contener” escuchamos decir a Boris Ryzhy. El filme no intenta apartar la mirada de esa fealdad, más bien ensanchar nuestra conciencia hasta que percibamos y podamos contener su belleza. Para ensancharla nos lleva a descubrir los extremos entre los que navegaba la sensibilidad del poeta: de lo sórdido a lo sublime, de la violencia a la sutileza. Evitando recurrir a estridencias o efectismos, las imágenes van creando un mundo irreal, sin ser rebuscado sino brutalmente cotidiano.
Al mirar este documental, convivimos durante una hora con minúsculos seres en manos del tiempo, que sin embargo se agrandan junto con nuestro espíritu al ser consientes de su historia, de su comunidad; escuchamos a víctimas y sobrevivientes de una guerra invisible que nos alcanza y cuestiona sobre como dejaremos el mundo de nuestros hijos.
Así como Ryzhy desafía con su vida cualquier estereotipo, la documentalista logra conmovernos sin transitar lugares comunes; no huye de aceptar su propia mirada sobre el personaje y la historia, pero tampoco se impone a sí misma como presencia inevitable. Nos da un retrato sentido del poeta sin tener que dibujarlo como un ser extravagante, su grandeza, su belleza, radican justamente en ser para su comunidad, un semejante.
El hijo del poeta, quien confiesa no leer los poemas de su padre ausente, es quien mejor comprende los motivos de su ausencia, y quien nos dice sin palabras como podemos los pequeños seres escapar de las garras del tiempo. Si tan solo supiéramos hacerlo tan elegantemente como los creadores de esta obra que saben estar sobre la cuerda floja.
Diego Falconi, director de fotografía
HEMBRAS DE LA ESPECIE
Por Solange Rodríguez Pappe
No escribiré esta nota en tercera persona, ni ocultaré mi género. Soy mujer y como mujer, luego de haber apreciado desde esa sensibilidad tres trabajos sobre visiones de la feminidad: La dominación masculina (Patric Jean); Pink Saris (Kim Longinotto) y 12th &Delaware (Heidi Ewing y Rachel Gradi) medito en cuán optimista es aquel lugar común que afirma que las mujeres ya podemos pasearnos, sin consecuencias, por todos los temas que se nos antojen.
En La dominación masculina (nada nuevo bajo el sol): titulado como el ensayo del sociólogo francés Piere Bourdieu, Patric Jean construye un mosaico fálico que presenta arquetipos de una masculinidad tambaleante: el hombre obsesionado con tener un miembro de dimensiones extraordinarias, el seductor que debe saber domar a una mujer, la pareja maltratante y el hombre castrado por la creciente independencia femenina. Este muro armado por el documentalista poco a poco se desplaza hasta tener rostros próximos, las caras de líderes políticos, de figuras de los medios, de pensadores y finalmente se vuelve cósmico; llega a armarse con situaciones como las que vive cualquier habitante de la ciudad: una pareja de vecinos que se enfrenta a una balacera en la que fallecen algunas mujeres. El muro de Jean deja de ser, entonces, un asunto de sexos enfrentados y se torna universal. Ya sabíamos que convivimos con el sexismo y hemos aprendido a vivir entre sus fauces; pero entonces ¿por qué incomoda tanto saberlo?
Pink Saris (las mujeres deben hablar): «La vida de una mujer es muy cruel», dice Sampat Pal Devi mientras seca las lágrimas del rostro de una de sus protegidas; ella es la protagonista del documental de Kim Longinotto sobre un grupo de hembras en India que no se callan nada. Y es que Sampat pone en práctica las palabras de Tagore con las que empieza la secuencia construida por Longinotto: «Cada palabra que muere en la lengua estalla luego en el corazón». Sampat incómoda; vocifera delante de los hombres cuando debería cubrirse el rostro y denuncia a la policía, con voz firme, situaciones que son un secreto a voces en India: maltrato a las esposas por parte de los suegros, violaciones domésticas y abandonos del hogar. En una sociedad tan estratificada como la hindú, ser hembra y además pertenecer a la casta de los intocables pone a las mujeres en una situación de marginalidad absoluta. Sampat, a pesar de ser una más de ese grupo condenado a la miseria, exige derechos. «Nos cambiamos de ropa, por qué no podemos cambiarnos de pareja», dice razonando con una lógica llana y es que ella se encarga, además, de hacer una justicia quijotesca, de acoger a otras féminas cuando no tienen adónde ir, lo que está a punto de costarle su relación afectiva.
12th & Delaware (la batalla del cuerpo): Cuando Heidi Ewing y Rachel Grady filmaban su ópera prima Jesus Camp (2006), conocieron a un activista pro vida que militaba en un centro ubicado en 12th & Delaware, frente a una clínica abortiva colocada allí desde 1999; y se enteraron también de la guerra campal que se había desatado entre estos vecinos fervientemente apasionados de sus creencias, donde el territorio de la batalla era el cuerpo de la mujer gestante.
Annie y Candance son las directoras de ambos centros. Observamos a Annie preparar a sus jóvenes reclutas proclamando: «la luz contra la oscuridad»; y a Candance llamar a la policía cada vez que los pro vida se plantan frente al centro de abortos con el gráfico de un feto destrozado. Ambas están exhaustas por la contienda pero siguen enfrentándose con la convicción de quienes están en lo correcto. Mientras, aterradas mujeres salen de ambos lugares llenas de dudas. «Yo nunca busqué hacer esto», dice entre sollozos una entrevistada que visita la clínica de abortos, «y esa mujer —indica refiriéndose a Annie— me mostró un video sangriento»; y también vemos a Annie abatirse cuando se entera de que una de las chicas que fue a buscar orientación al centro suspendió su embarazo. Ambas se polarizan en una guerra que hace mucho dejó de tener claros sus bandos morales, y el espectador es colocado en mitad de las emociones de las gestantes, quienes no saben cuál decisión las hará menos infelices.
Explorar el sexismo, la violencia doméstica y la opción del aborto, a estas alturas de los tiempos sigue siendo perturbador. Apreciar las obras de estos autores y no tomar partido es imposible, porque las mujeres capturadas en estos videos nos serán entrañables u odiosas, pero jamás olvidables.
*Escritora, guionista, ganadora del Premio Literario Joaquín Gallejos Lara. hembradragon@gmail.com
No escribiré esta nota en tercera persona, ni ocultaré mi género. Soy mujer y como mujer, luego de haber apreciado desde esa sensibilidad tres trabajos sobre visiones de la feminidad: La dominación masculina (Patric Jean); Pink Saris (Kim Longinotto) y 12th &Delaware (Heidi Ewing y Rachel Gradi) medito en cuán optimista es aquel lugar común que afirma que las mujeres ya podemos pasearnos, sin consecuencias, por todos los temas que se nos antojen.
En La dominación masculina (nada nuevo bajo el sol): titulado como el ensayo del sociólogo francés Piere Bourdieu, Patric Jean construye un mosaico fálico que presenta arquetipos de una masculinidad tambaleante: el hombre obsesionado con tener un miembro de dimensiones extraordinarias, el seductor que debe saber domar a una mujer, la pareja maltratante y el hombre castrado por la creciente independencia femenina. Este muro armado por el documentalista poco a poco se desplaza hasta tener rostros próximos, las caras de líderes políticos, de figuras de los medios, de pensadores y finalmente se vuelve cósmico; llega a armarse con situaciones como las que vive cualquier habitante de la ciudad: una pareja de vecinos que se enfrenta a una balacera en la que fallecen algunas mujeres. El muro de Jean deja de ser, entonces, un asunto de sexos enfrentados y se torna universal. Ya sabíamos que convivimos con el sexismo y hemos aprendido a vivir entre sus fauces; pero entonces ¿por qué incomoda tanto saberlo?
Pink Saris (las mujeres deben hablar): «La vida de una mujer es muy cruel», dice Sampat Pal Devi mientras seca las lágrimas del rostro de una de sus protegidas; ella es la protagonista del documental de Kim Longinotto sobre un grupo de hembras en India que no se callan nada. Y es que Sampat pone en práctica las palabras de Tagore con las que empieza la secuencia construida por Longinotto: «Cada palabra que muere en la lengua estalla luego en el corazón». Sampat incómoda; vocifera delante de los hombres cuando debería cubrirse el rostro y denuncia a la policía, con voz firme, situaciones que son un secreto a voces en India: maltrato a las esposas por parte de los suegros, violaciones domésticas y abandonos del hogar. En una sociedad tan estratificada como la hindú, ser hembra y además pertenecer a la casta de los intocables pone a las mujeres en una situación de marginalidad absoluta. Sampat, a pesar de ser una más de ese grupo condenado a la miseria, exige derechos. «Nos cambiamos de ropa, por qué no podemos cambiarnos de pareja», dice razonando con una lógica llana y es que ella se encarga, además, de hacer una justicia quijotesca, de acoger a otras féminas cuando no tienen adónde ir, lo que está a punto de costarle su relación afectiva.
12th & Delaware (la batalla del cuerpo): Cuando Heidi Ewing y Rachel Grady filmaban su ópera prima Jesus Camp (2006), conocieron a un activista pro vida que militaba en un centro ubicado en 12th & Delaware, frente a una clínica abortiva colocada allí desde 1999; y se enteraron también de la guerra campal que se había desatado entre estos vecinos fervientemente apasionados de sus creencias, donde el territorio de la batalla era el cuerpo de la mujer gestante.
Annie y Candance son las directoras de ambos centros. Observamos a Annie preparar a sus jóvenes reclutas proclamando: «la luz contra la oscuridad»; y a Candance llamar a la policía cada vez que los pro vida se plantan frente al centro de abortos con el gráfico de un feto destrozado. Ambas están exhaustas por la contienda pero siguen enfrentándose con la convicción de quienes están en lo correcto. Mientras, aterradas mujeres salen de ambos lugares llenas de dudas. «Yo nunca busqué hacer esto», dice entre sollozos una entrevistada que visita la clínica de abortos, «y esa mujer —indica refiriéndose a Annie— me mostró un video sangriento»; y también vemos a Annie abatirse cuando se entera de que una de las chicas que fue a buscar orientación al centro suspendió su embarazo. Ambas se polarizan en una guerra que hace mucho dejó de tener claros sus bandos morales, y el espectador es colocado en mitad de las emociones de las gestantes, quienes no saben cuál decisión las hará menos infelices.
Explorar el sexismo, la violencia doméstica y la opción del aborto, a estas alturas de los tiempos sigue siendo perturbador. Apreciar las obras de estos autores y no tomar partido es imposible, porque las mujeres capturadas en estos videos nos serán entrañables u odiosas, pero jamás olvidables.
*Escritora, guionista, ganadora del Premio Literario Joaquín Gallejos Lara. hembradragon@gmail.com
miércoles, 11 de mayo de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
CINÉFILOS EXPECTANTES
A propósito de la rueda de prensa que se llevó a cabo la semana pasada como lanzamiento de la décima edición de los EDOC hemos recibido un texto de Shubert Guerrero cinéfilo y público de los EDOC y lo compartimos a continuación. Incluimos fotos de Alex Podvin, del lanzamiento de EDOC10 en la nueva sede Mundo Juvenil.
DE TRECIENTOS A NOVENTA Y SIETE
Comienzan los décimos Encuentros del Otro Cine y quienes amamos el documental, somos cinéfilos o simples aficionados, estamos expectantes y motivados por la “buena nueva”, mejor dicho las “buenas nuevas” alternativas cinematográficas, que nos puede mostrar este espacio que se lo ha ido construyendo, según sus realizadores, a pulso y pasión por el trabajo.
Este festival que se presentará no solo en Quito y Guayaquil sino ciudades como Ibarra, Otavalo, Santo Domingo y Portoviejo, nos propone, además de sus variados contenidos y temáticas; la reflexión en los espectadores y excelente e innovadora producción. Los EDOC nos permiten encontrarnos cara a cara con el pluralismo, la crítica y la expresión artística del mejor nivel y lo más importante al alcance de todos y todas, con variedad de horarios, salas, costos, e inclusive sin costo, nos invita a darnos “una vueltita” y que esta sea provechosa, reflexiva y porque no, divertida.
Tenemos la oportunidad “los amantes del buen cine”, y me incluyo como un enamorado, de poder conocer la propuesta del alemán Harun Farocki que según los entendidos sus proyectos provocan diversidad de interpretaciones políticas o revolucionarias, interesándome en lo particular la relación con la semiótica y la actualidad a pesar de los años.
Sin animo de nacionalista, pero si ecuatoriano, gustoso del buen trabajo y optimista de lo que hacen los paisanos, de lo que dicen del Ecuador, de la sensibilidad del extranjero que indaga perspectivas diferentes en esta tierra, de la complicidad del país y su gente, en fin.
Me llama mucho la atención la película Tu es, je suis, ou l´invention des Jivaros del francés Yves de Peretti por la apuesta del doblaje al Kichwa y Shuar de manera independiente, hecho por nuestra gente en su idioma, y lo destacable será que las muestras no dispondrán de traducción al español, garantizando de alguna manera la asistencia de un público específico y otro curioso de la propuesta planteada.
Gran expectativa despiertan también producciones como La Churona, de Maria Cristina Carrillo, Con mi corazón en Yambo, de Maria Fernanda Restrepo y la siempre grata propuesta de Pocho Álvarez, esta vez con Jorgenrique.
La cultura documental está planteada, son 36 idiomas, muchos países, grandes realizadores, diversa reflexión, buena producción, diálogo, etc; y todo a nuestro alcance y para todos los gustos.
Nos veremos entonces en la inauguración este jueves 12 de mayo con la cinta “Cuchillo de Palo” de la paraguaya Renate Costa, quien en persona nos podrá contar su punto de vista e inspiración (existen otros directores visitantes al EDOC) y estar seguros como dice Manolo Sarmiento, director de este encuentro, que las 97 obras escogidas de este “Otro cine”, son propicias y adecuadas para este décimo aniversario, de las poco mas de 300 excelentes alternativas concursantes.
Shubert Guerrero Segovia
Comunicador, Gestor Cultural
shubertluk@gmail.com
DE TRECIENTOS A NOVENTA Y SIETE
Comienzan los décimos Encuentros del Otro Cine y quienes amamos el documental, somos cinéfilos o simples aficionados, estamos expectantes y motivados por la “buena nueva”, mejor dicho las “buenas nuevas” alternativas cinematográficas, que nos puede mostrar este espacio que se lo ha ido construyendo, según sus realizadores, a pulso y pasión por el trabajo.
Este festival que se presentará no solo en Quito y Guayaquil sino ciudades como Ibarra, Otavalo, Santo Domingo y Portoviejo, nos propone, además de sus variados contenidos y temáticas; la reflexión en los espectadores y excelente e innovadora producción. Los EDOC nos permiten encontrarnos cara a cara con el pluralismo, la crítica y la expresión artística del mejor nivel y lo más importante al alcance de todos y todas, con variedad de horarios, salas, costos, e inclusive sin costo, nos invita a darnos “una vueltita” y que esta sea provechosa, reflexiva y porque no, divertida.
Tenemos la oportunidad “los amantes del buen cine”, y me incluyo como un enamorado, de poder conocer la propuesta del alemán Harun Farocki que según los entendidos sus proyectos provocan diversidad de interpretaciones políticas o revolucionarias, interesándome en lo particular la relación con la semiótica y la actualidad a pesar de los años.
Sin animo de nacionalista, pero si ecuatoriano, gustoso del buen trabajo y optimista de lo que hacen los paisanos, de lo que dicen del Ecuador, de la sensibilidad del extranjero que indaga perspectivas diferentes en esta tierra, de la complicidad del país y su gente, en fin.
Me llama mucho la atención la película Tu es, je suis, ou l´invention des Jivaros del francés Yves de Peretti por la apuesta del doblaje al Kichwa y Shuar de manera independiente, hecho por nuestra gente en su idioma, y lo destacable será que las muestras no dispondrán de traducción al español, garantizando de alguna manera la asistencia de un público específico y otro curioso de la propuesta planteada.
Gran expectativa despiertan también producciones como La Churona, de Maria Cristina Carrillo, Con mi corazón en Yambo, de Maria Fernanda Restrepo y la siempre grata propuesta de Pocho Álvarez, esta vez con Jorgenrique.
La cultura documental está planteada, son 36 idiomas, muchos países, grandes realizadores, diversa reflexión, buena producción, diálogo, etc; y todo a nuestro alcance y para todos los gustos.
Nos veremos entonces en la inauguración este jueves 12 de mayo con la cinta “Cuchillo de Palo” de la paraguaya Renate Costa, quien en persona nos podrá contar su punto de vista e inspiración (existen otros directores visitantes al EDOC) y estar seguros como dice Manolo Sarmiento, director de este encuentro, que las 97 obras escogidas de este “Otro cine”, son propicias y adecuadas para este décimo aniversario, de las poco mas de 300 excelentes alternativas concursantes.
Shubert Guerrero Segovia
Comunicador, Gestor Cultural
shubertluk@gmail.com
lunes, 9 de mayo de 2011
Charlas y Conferencias con Directores extranjeros en los EDOC
Desde España, Paraguay, Suiza, Alemania, Brasil, Francia, Suecia y Estados Unidos nos acompañarán nueve premiados documentalistas extranjeros que compartirán con el público ecuatoriano sus experiencias como realizadores de cine documental.
El documental como espacio personal y político
Charla: Sábado 14 de mayo, Incine Aula 3 a las 16h00
Con la participación de Renate Costa directora del Documental Cuchillo de Palo
Estrenado en la Berlinale y ganador de premios internacionales incluyendo mejor película en Dei Popoli, su proyección en Cannes y premios en Bacifi.
Estudió en Paraguay la carrera de Dirección y Producción Audiovisual (IPAC). Se formó en Realización Documental en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Baños, Cuba. Desde 2006 vive en Barcelona donde obtuvo el Máster en Documental de Creación.
La producción alemana contemporánea
Charla: Domingo 15 de mayo, Incine Aula 3 a las 17h30
Vadim Jendreyko y su documental La mujer con los 5 elefantes ha recibido el Premio Basel Film Prize Zoom 2010, una mención del jurado en el Festival de Cine de Taiwán y un Premio en el Festival LISTAPAD, en Minsk.
Jan Tenhaven Autumn Gold ha recibido el premio de cineastas en el Festival de Cine de HotDocs de 2010 en Toronto, el Premio del Jurado Joven de IDFA 2010 y el Gran Premio del Jurado en el Festival Internacional Documental de Guangzhou 2010 en China.
La creación en el documental
Charla: Lunes 16 de mayo, Incine Aula 3 a las 18h00
Con la presencia del director Oliver Laxe del documental Todos Vosotros sois capitanes, ganador del Premio Fipresci en la Quincena de Realizadores de Cannes de 2010. Y Kevin Jerome Everson director de los documentales Quality Control y Erie sobre la esencia de la representación en el documental.
Historias del Brasil
Charla: martes 17 de mayo, Incine Aula 3 a las 18h00
Un diálogo con nuestros invitados brasileños Luciana Burmalaqui (Entre la luz y la sombra) un documental de largo aliento de temática carcelaria y Mejor Documental Ibero Americano en el Festival Internacional de Guadalajara y Rodrigo Siqueira director de Terra Deu, Terra Come filme que explora las tradiciones y la herencia africana en Brasil.
Foro sobre Migración con Stephanie Lamorre
Charla: Jueves 19 de mayo, Incine Aula 3 a las 17h00
La documentalista Stéphanie Lamorre compartirá con el público de los EDOC su experiencia al documentar el viaje de una pareja de emigrantes ecuatorianos hacia los Estados Unidos.
El documental como espacio personal y político
Charla: Sábado 14 de mayo, Incine Aula 3 a las 16h00
Con la participación de Renate Costa directora del Documental Cuchillo de Palo
Estrenado en la Berlinale y ganador de premios internacionales incluyendo mejor película en Dei Popoli, su proyección en Cannes y premios en Bacifi.
Estudió en Paraguay la carrera de Dirección y Producción Audiovisual (IPAC). Se formó en Realización Documental en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Baños, Cuba. Desde 2006 vive en Barcelona donde obtuvo el Máster en Documental de Creación.
La producción alemana contemporánea
Charla: Domingo 15 de mayo, Incine Aula 3 a las 17h30
Vadim Jendreyko y su documental La mujer con los 5 elefantes ha recibido el Premio Basel Film Prize Zoom 2010, una mención del jurado en el Festival de Cine de Taiwán y un Premio en el Festival LISTAPAD, en Minsk.
Jan Tenhaven Autumn Gold ha recibido el premio de cineastas en el Festival de Cine de HotDocs de 2010 en Toronto, el Premio del Jurado Joven de IDFA 2010 y el Gran Premio del Jurado en el Festival Internacional Documental de Guangzhou 2010 en China.
La creación en el documental
Charla: Lunes 16 de mayo, Incine Aula 3 a las 18h00
Con la presencia del director Oliver Laxe del documental Todos Vosotros sois capitanes, ganador del Premio Fipresci en la Quincena de Realizadores de Cannes de 2010. Y Kevin Jerome Everson director de los documentales Quality Control y Erie sobre la esencia de la representación en el documental.
Historias del Brasil
Charla: martes 17 de mayo, Incine Aula 3 a las 18h00
Un diálogo con nuestros invitados brasileños Luciana Burmalaqui (Entre la luz y la sombra) un documental de largo aliento de temática carcelaria y Mejor Documental Ibero Americano en el Festival Internacional de Guadalajara y Rodrigo Siqueira director de Terra Deu, Terra Come filme que explora las tradiciones y la herencia africana en Brasil.
Foro sobre Migración con Stephanie Lamorre
Charla: Jueves 19 de mayo, Incine Aula 3 a las 17h00
La documentalista Stéphanie Lamorre compartirá con el público de los EDOC su experiencia al documentar el viaje de una pareja de emigrantes ecuatorianos hacia los Estados Unidos.
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