domingo, 15 de mayo de 2011

Yakuaya, entrevista a Marcelo Castillo


¿Cómo surgió para ti la idea de este documental?

La idea nació a partir de que observé una proyección de diapositivas con música de fondo, me pareció que se podía hacer una película solamente con fotos y música. En conversaciones con Armando Salazar (fotógrafo y docente) fui llegando al tema del agua que nace en un glaciar y en su camino va afectando directa o indirectamente a los humanos. A pesar de que estoy convencido de que en el cine se debe priorizar la historia más que la técnica, en el caso de Yakuaya ha sido un proyecto que tanto la forma como el contenido tenían que ir de la mano.

¿Cómo te definiste por un estilo de narrar observacional y poético?

En un principio me propuse que sería una película en el que el estilo de narración no sea literario ni racional, sino que vaya más a lo sensorial y lo inconsciente. Quería que través de imágenes contemplativas se tenga una experiencia distinta a la de un documental clásico. Me negué a utilizar diálogos o voz en off que sean explicativas, por lo contrario pensé que el uso de un sonido envolvente sería lo mejor para complementar a la fotografía.

¿Cómo fue para ti el proceso de edición, cómo llegaste al concepto que presenta la película?

El proceso de edición fue largo, hicimos varios cortes buscando la mejor manera de contar la historia. En un momento decidimos que era necesario filmar un poco más para complementar lo que estábamos buscando. Conjuntamente con la edición de imagen se fue creando la banda sonora y el diseño de sonido que se aportaban paralelamente con la fotografía. La recta final del montaje fue muy satisfactoria ya que sentí que la película iba teniendo sentido. Era importante que la edición de la película tenga la fluidez necesaria para que la experiencia de observarla se vuelva sensorial.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad con la que te has topado para la realización de este proyecto?

Más allá de las dificultades técnicas y el reto que suponía realizar una película no verbal, la mayor dificultad fue la de aprender a hacer una película. Considero que arriesgarse a hacer un largometraje es necesario para aprender a hacer cine. En el proceso se fue aprendiendo sobre todas las aéreas, muchas veces se cometió errores que en el camino se fueron presentando las formas de solucionarlos. El proceso de edición también tuvo sus dificultades, ha sido un trabajo en el que participaron varios manos que fueron dando forma a la película, que al final se obtuvo un resultado con el cual siento que se logró el reto planteado en un inicio.

No hay comentarios: