viernes, 13 de agosto de 2010

Andrés Barriga, sobre Mejor que antes

Andrés Barriga, director de Mejor que antes (Ecuador, 2009, 97', español), responde a un cuestionario elaborado por Paulina Simon para El Otro Cine. El documental fue presentado en la pasada edición de los 'Encuentros del Otro Cine'. 

¿Cómo elegiste a los personajes que sigue tu documental? ¿Qué te motiva de ellos, qué te inspira de sus historias?

Si bien en la película hay un intento de recorrer espacios relacionados con Alfaro, estos podían ser muy lejanos históricamente. La figura de Alfaro es un artificio narrativo que abarca una gran cantidad de tópicos. Así, Alex Campaña y su esposa cuentan cómo la prensa humilló su honor al culparlos de haber sacrificado a sus hijos cuando estos fueron víctimas de una intoxicación por un calefón averiado. Juan Cuvi, es el revolucionario utópico que regresa al lugar donde fue torturado o las migrantes ecuatorianas en España que nos muestran sus espacios de vida, entre otros. Sin olvidar la confesión del presentador de televisión, o el hallazgo de la historiadora en la biblioteca. En breve, la calumnia de la prensa, la revolución armada, el exilio y la mujer son temas alfaristas.

¿Qué es lo que te mueve de Eloy Alfaro, cómo personaje ausente e hilo conductor de tu obra?
Alfaro, como la mayoría de personajes históricos representa ideas que por lejanas parecen abstractas. La historia tiene como tarea, entre otras, restituir el aspecto concreto del pasado. El cine puede ser en ese sentido más irrespetuoso y trazar puentes sin rigor historiográfico entre el presente y el pasado. En este caso, el vínculo entre el tiempo de Alfaro y el actual es la secuencia de alumnos recitando la biografía de Alfaro, el afiche de la película o tu pregunta. Alfaro en esta película no me mueve particularmente, es la idea que de él nos hacemos la que me interesa.

¿En qué se convierte para ti la figura de Eloy Alfaro después de la realización de tu proyecto?
Creo que al no contribuir con el homenaje ni con la humanización de Alfaro, la figura queda intacta y no es difícil en el sentido que no creo que el cine tenga posibilidad de cambiar la realidad. Intervenir en ella no implica alterarla. En el mejor de los casos provocamos vínculos con la realidad, caminos que no existían.

¿Qué fue lo más difícil, impresionante, decepcionante, emotivo, de hacer esta película?
Creo que son cualidades posibles para distintas partes de la película, pero seguramente el momento de la escritura de este proyecto fue en donde se concentraron la mayoría de sensaciones, además que es una experiencia que se vive solo, al igual que el montaje. Es interesante relacionar el punto de partida con el de llegada, lo que está en medio es un juego de figurantes.

¿Mejor que antes, realmente?
Tal vez, pero ¿qué?


Un extracto de esta entrevista se publica en EL OTRO CINE, el periódico del festival.  

No hay comentarios: