En el foro se discutió sobre del futuro del documental latinoamericano, la situación colombiana y el impacto de los nuevos medios de comunicación. Sobre el primero, Restrepo opinó: “Es el mejor momento para el documental colombiano”, haciendo referencia a la ley de cultura 141, con la que se fomenta al Cine en su país.
Morris cuestionó esta afirmación. “Desde hace décadas Colombia no conoce un día de paz, y nos damos el lujo de no tener un programa de documentales en la televisión”. Además destacó la importancia de una ley que prohíba el monopolio de este medio. Destacó, también, que su visión documental se enfoca más en el aspecto periodístico, “por eso tal vez no tenga tanto cuidado en estética, pero sí con el cronograma”, dijo.
Una completa antítesis con Botero.”Yo prefiero apagar la TV”, opinó; actitud que se demuestra en su documental 16memorias, que retrata la vida de la familia Posada por un lapso de 20 años. El material fue grabado por Mario Pasado Ochoa, entre 1945 y 1971, y permaneció en un archivo de la familia hasta que Botero lo edito hace un par de años.
Los tres cineastas concordaron en que Colombia está atravesando por una época violenta, en la que el documental juega un papel muy importante. “Es que el problema ya no es sólo de Colombia, ahora es de toda la región”, acotó Restrepo.
Por Juan José Alomía
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