sábado, 22 de enero de 2011

EL “OTRO CINE” SE HACE CON AHÍNCO

Noticia tomada de la edición de El Telégrafo del 22 de enero del 2011, publicada por el periodista Esteban Fuertes.

Rodaje de la cinta Camilo Egas, un hombre secreto, que participó en el encuentro del año pasado.


Ponerse la cámara al hombro, colocar un micrófono, presionar el botón y grabar todo lo que sucede alrededor, parece ser la consigna de los realizadores de documentales, sobre todo los que tienen menos de 30 años. Esta fiebre del documental se evidencia en las 53 películas preinscritas en el Festival de Cine Documental Encuentros Del Otro Cine (EDOC), que se lleva a cabo anualmente en varias ciudades del país durante marzo. Todas estas películas, entre cortometrajes y largometrajes, son ecuatorianas y superan a las inscritas en las ediciones pasadas (30 en el 2009 y 38 en el 2010).

La directora de Programación del festival, María Campaña, considera que, por parte de esta institución, se ha promovido el fortalecimiento del género en el público y también en la capacitación de varios realizadores.

Afirma que el año pasado hubo talleres dirigidos a estudiantes de periodismo de las provincias pequeñas que recibieron una beca en Quito, donde se contactaron con varios realizadores extranjeros para compartir conocimientos. De ese grupo, varios chicos, sobre todo de Manabí, han desarrollado sus películas de manera individual y se han inscrito en la nueva convocatoria. Sin embargo, del conglomerado de audiovisuales pocos serán seleccionados ya que no cumplen con el principal objetivo del encuentro: “desarrollar una mirada personal de las cosas”. De esa manera varias cintas inscritas corresponden a producciones comunitarias o puntos de vista más institucionales. No tendrían cabida en el encuentro.

En cuanto a las temáticas, una gran cantidad de cineastas siguen abordando temas en común, como la migración, el medio ambiente y las luchas sociales. “Este año me han llamado la atención los documentalistas que estudian afuera, que no necesariamente hablan de Ecuador, sino de problemas globales”. Un trabajo para analizar es el de un productor que vive en Europa y que ha filmado un castillo deshabitado que pudiera convertirse en solución habitacional para clases populares. Según Campaña, de los inscritos los mayores participantes corresponden a Quito, a estudiantes de las universidades privadas o alumnos de la Maestría de Antropología Visual de la Flacso.

La directora Fernanda Restrepo, quien espera participar en el EDOC si termina el proceso de postproducción de su película, afirma que desde el nacimiento del Consejo de Cine en el Ecuador, se ha mejorado la producción. “Sin el presupuesto adecuado rara vez se puede hacer una película”, añade Restrepo y agrega que en el cine documental con los procesos digitales ahora es más fácil producir. “Con una cámara y una computadora puedes filmar, ya que los medios técnicos son menos complejos que los de la ficción, falta solo una historia que contar”, comenta.


Una de las preocupaciones de esta realizadora es que el consumo es aún reducido. “No hay una cultura de ver cine documental, por eso hay que empezar a educar a la gente en este género, con políticas públicas que diversifiquen la exhibición”.

Campaña no duda en afirmar que pese a la gran producción de cintas documentales, los riesgos creativos de los realizadores nacionales todavía son pequeños.

“Se ven trabajos bien hechos, con buena fotografía y bien editados, pero falta un vuelo de los realizadores, tomar más riesgos en la construcción del documental”, manifiesta.

La directora opina también que la televisión debería tener un papel más relevante a favor del cine documental, tanto como difusor como promotor económico.

“De esa manera los realizadores pueden seguir filmando de manera constante y no dedicarse a otras cosas”, asegura. Pese a esta fiebre de realización las preguntas rondan en torno a la poca difusión y espacio que tienen estas cintas en las salas de cine comercial.




Redacción Cultura

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Guayaquil

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